7. Paz constante y afirmación

Deben de haberse conocido el tiempo suficiente para asegurarse de que esa paz es constante y no una emoción momentánea. “Y que la paz que viene de Cristo gobierne en sus corazones. Pues, como miembros de un mismo cuerpo, ustedes son llamados a vivir en paz. Y sean siempre agradecidos” (Colosenses 3:15).

Una relación para toda la vida debe de tener tiempo para formarse. Es todo un proceso de maduración hasta estar seguros de que esa relación trae paz constante. “Así que Jacob trabajó siete años para obtener a Raquel; pero su amor por ella era tan fuerte que le parecieron unos pocos días” (Génesis 29:20). Es importante pagar el precio de conocerse.

No va a haber una voz que te indique quién es, ni tampoco Dios te va a obligar a casarte con alguien. Un pensamiento que usualmente tienen los jóvenes es: “¿Y si Dios quiere que me case con alguien que no me va a gustar?” No te preocupes, el que va a escoger eres tú. Dios no te va a imponer a nadie. Una cosa es que alguien te de un consejo o te diga que tal vez te convendría cierta persona, y otra cosa es que Dios “hable” e imponga a alguien. Dios da la libertad para escoger pero también te da principios y consejos en Su Palabra.